Segundo álbum de los RIDE del nuevo siglo, continuación de aquel fantástico ‘Weather diaries’ publicado hace dos años, y que demuestra que Mark Gardener y compañía siguen en un envidiable estado de forma. Doce preciosas joyas de shoegaze y pop, con un sonido brutal y es que la producción ha ido de nuevo de la mano de Erol Alkan, encargándose Alan Moulder de las mezclas. RIDE siguen desmostrando una gran facilidad para hilvanar estribillos redondos como los de “Future love”, “Jump jet” o “Repetition”, un tema este último con sintes y un sonido más ochentero. Cierto es que el disco empieza a desinflarse hacia su segunda mitad, en donde se salvan sólo temas como “Jump jet” o una magnífica “In this room”, de casi nueve minutos, con la que se cierra un álbum plagado de vibrantes momentos.
Mis favoritas:
1. Future love. 2. Clouds of Saint Marie. 3. Jump jet.
Si hace unas semanas celebrábamos con satisfacción la vuelta de SLOWDIVE con el primer disco en 22 años, ahora hacemos lo propio con el regreso de RIDE y su primer álbum en 21 años. Parece ser que han resuelto las diferencias musicales entre Andy Bell y Mark Gardener que les separaron hace dos décadas, y es que demuestran aquí que siguen conservando el talento y la inspiración necesarios para facturar un buen disco de rock, si bien, los tres temas finales son un poco plomizos y bastante prescindibles. Para este regreso han contado con la producción del Dj Erol Alkan, que ha dotado a estas once canciones de un sonido sólido y convincente, enfatizando el papel de sintes y vocoders, por lo que nos encontramos con un disco más indierock y menos shoegaze que lo que conocíamos de ellos. Eso sí, también hay momentos de atmósferas envolventes, como los de “Home is a feeling” o el tema que da título al álbum. También hay posicionamiento político, como en “Charm assault”, donde se posicionan con respecto al Brexit (en contra, por supuesto), o como en “All I want”, en el que muestran su absoluto rechazo a la figura de Theresa May. En “Rocket silver symphony”, es el batería Loz Colbert quién canta tras una interminable intro. “Weather diaries” no está a la altura de sus mejores trabajos, pero se hace disfrutable.
Mis favoritas:
1. All I want.
2. Home is a feeling.
3. Charm assault.
Conocimos a este artista británico, Oscar Scheller, por su presencia en el Festival Wales Goes Pop de Cardiff, donde nos enamoramos de su música y enseguida nos hicimos con una copia de su magnífico single 7” ’Daffodil days’, un himno pop en toda regla. Su voz grave de crooner recuerda irremediablemente a la de Stephin Merritt, aunque su sonido es una mezcla entre BLUR, THE MAGNETIC FIELDS y TALKING HEADS. Su música tiene un carácter festivo y vitalista, pero muy a mi pesar, he de reconocer que por más que escucho este álbum, no logra emocionarme como lo hicieron sus sencillos. Las fantásticas atmósferas lo-fi de sus singles ‘Daffodil days’ y ‘Sometimes’ las ha cambiado aquí por un sonido más brillante pero falto de alma, de esa magia y ese aura que contenían los 7”. Además, el resto de canciones no están a la altura de éstos. Resulta quizá pretencioso al intentar plagar de ritmos diversos sus canciones, como ese ritmo reggae de “Be good”, que no le va a la zaga, al igual que las pinceladas electrónicas esparcidas a lo largo del álbum. Un disco sintético que podría haber sonado mucho más auténtico, pero que sin embargo, te deja con cara de póker. En “Only friend” le acompaña a la voz Marika Hackman. Un álbum, en definitiva, en el que ha apostado por un sonido mainstream, por lo que todo suena demasiado standard, sin un carácter propio, y la culpa se la tenemos que atribuir al propio Oscar, que ha sido el que ha producido el disco, eso sí, acompañado por Ben Baptie, quién ha trabajado con artistas como ARCADE FIRE, U2, BECK, Lana del Rey y Amy Winehouse, entre otros.
¿Se trata de un álbum de corta duración o más bien de un EP largo ya que son siete temas? Parece ser lo segundo, pero qué más da si estamos ante una exquisita colección de canciones que nos presenta el sello Wichita como anticipo del álbum de debut de Oscar Scheller, un excelente compositor de caramelos pop en la onda de MAGNETIC FIELDS. Le descubrí en el Festival Wales Goes Pop, cuya actuación me impresionó, y donde escuché un hit perfecto de melodía redonda llamado “Daffodil days”, que también se incluye en este EP. Siete magníficas canciones de pop atemporal de una elegancia digna de elogio.