‘AUN’ recoge los fragmentos compuestos por Fennesz para el último film documental de Edgar Hontschläger, que reflexiona sobre el progreso y la naturaleza, y la parte divina del ser humano. No hace falta ver la película sin embargo para disfrutar de la emotividad y la paz que desprenden los sonidos del compositor austriaco. En este disco nos encontramos con 15 extraordinarias piezas, doce de ellas nuevas, y las otras tres, “Haru”, “Trace” y “Aware”, son extraídas de ‘Cendre’ (2007), el primero de sus dos discos con Ryuichi Sakamoto, y dónde adquiere el máximo protagonismo el piano del japonés. Fennesz sigue a lo suyo, valiéndose del uso del glitch, las guitarras procesadas y la experimentación, para impregnar de una enorme carga emotiva todas y cada una de las piezas que aparecen en este álbum, que te empujan a sentir el equilibrio necesario entre la naturaleza y el hombre para conseguir el progreso, idea sobre la cuál versa la película de Edgar Hontschläger, que empezó a trabajar en su film a partir de ciertas consideraciones antropológicas del francés Claude Lévi-Strauss y también por su fascinación por el sintoísmo japonés, que observa la existencia de un alma en todo elemento de la naturaleza, y que por tanto refuerza su punto de partida de que no hay progreso si no hay un equilibrio entre hombre y naturaleza. La música de este disco tiene mucho de japonés, y es que “Aun80”, por ejemplo, está compuesta a partir de sonidos del koto, el agua y la corriente de electricidad, en un encuentro entre tradición ancestral japonesa y ambient contemporáneo. Escuchar este disco te hace sentir como si viajaras levitando a varios metros sobre la superficie por paisajes naturales llenos de una exhuberante belleza, sin el mínimo rastro de ladrillo o civilización, contemplando todas las maravillas de nuestro planeta.
Mis favoritas:
1. Shinu.
2. Hikari.
3. Himitsu.