Era la primera vez que visitábamos este festival, que este año iba dedicado a Turquía, si bien, nosotros sólo fuimos a los conciertos que más nos interesaron, aquellos más acordes con los contenidos de este fanzine, o sea, los que más tienen que ver con el pop, y aunque el festival cuenta con actuaciones casi todos los días del mes de julio, nosotros acudimos al de YANN TIERSEN y al de ANTONY & THE JOHNSONS.

YANN TIERSEN.
Jueves, 14 de Julio de 2005. Auditorio Parque Torres (Cartagena – Murcia).

Yann Tiersen

Yann Tiersen

Con un auditorio lleno hasta los topes de fans de ‘Amélie’, que parece que venían solamente a escuchar la banda sonora de la famosa película, el francés sorprendió a todos con un concierto muy completo y polifacético, en el que tocó todos los palos: había temas en los que Yann nos dejaba perplejos con su virtuosismo al violín; en otros él con su acordeón provocaron los aplausos del público; en otros momentos hasta tocaba un xilófono de juguete que tenía en el suelo, y en bastantes ocasiones sonaban a una auténtica banda de rock, pero con un espíritu vanguardista y experimental, con marcados cambios de intensidad, que en ocasiones nos recordaban a grupos de post-rock como MOGWAI, e incluso a SONIC YOUTH, y es que nos llamaban la atención los músicos tocando la guitarra con un arco de violín al más puro estilo Thurston Moore, o encontrándonos como elemento del set de percusión todo un serrucho de leñador. El público que venía sólo a escuchar “Le vals du Amelie” quizás quedó algo descontento, entre otras cosas, porque el tema central de la película no sonó esa noche, pero los demás nos fuimos realmente maravillados y sorprendidos por la riqueza y amplitud de registros musicales que atesora el francés, que se movió entre el pop, el slowcore, la chanson, el jazz, el post-rock, el pop naif, etc… en un concierto muy agradecido en el que el francés dio lo mejor de sí en todas sus facetas, y ofreció uno de los conciertos más impresionantes de todo el festival, a buen seguro.

ANTONY & THE JOHNSONS.
Lunes, 18 de Julio de 2005. Auditorio Parque Torres (Cartagena – Murcia).

Antony & The Johnsons

Antony & The Johnsons

El escenario para el concierto se trasladó a última hora desde el Patio de Armas al Parque Torres, y es que la venta de localidades se disparaba a medida que pasaban los días, por lo que se tuvo que reubicar al artista en el escenario con mayor capacidad, que a pesar de ser un lunes, se llenó. La gran revelación de la temporada, del que hasta LOU REED se deshace en elogios hacia él, visitaba de nuevo nuestro país, después de haber dejado maravillado a casi 4000 personas que tuvieron la suerte de verle apenas un par de meses antes en el Auditorio del Fórum en el Festival Primavera Sound, en Barcelona. Pero ahora gozaba de todo el tiempo del mundo para regalarnos una de esas noches inolvidables, como así fue. Venía a presentar su segundo álbum, ‘I am a bird now’, el que le ha elevado hasta lo más alto, según la crítica. Antony se hace acompañar de los Jonhsons, que son 5 (dos violines, chelo, bajo y guitarra), que salieron primero al escenario. De hecho fue el guitarra el que se encargó de la intro, que dio paso a la entrada al escenario de Antony Hagarty, un músico inglés afincado en Nueva York, de aspecto ambiguo, nutrido y aniñado, tímido y grandullón, con una peluca que tuvieron que comprarle in extremis en El Corte Inglés porque la suya la habían perdido en el vuelo que le traía hasta aquí. Pues bien, Antony salió desde el fondo del escenario con una sonrisa tímida y vergonzosa, dejó su bolsito junto al piano, y dio las instrucciones a los Johnsons para comenzar el concierto con “My lady story”. Los auditorios le van como anillo al dedo a Antony, y es que supo extraer toda la inspiración que un mágico lugar como éste le otorgaba en una maravillosa noche de verano, animándose poco a poco a hacer participar al público. La voz de Antony es extraordinaria, y no deja indiferente a nadie, o te encanta o la odias, y siempre anda bien arropado por unos excelentes y discretos músicos que son los Johnsons, que están ahí en todo momento, pero sin quitar un ápice de protagonismo a la estrella. Sonaron varias canciones de “‘I am a bird now’, y a continuación se levantó de su piano, manifestando que se encontraba muy a gusto y se dirigió al público, para pedirles que le ayudaran con una canción, emitiendo un sonido hipnótico en una nota, y todo el auditorio se animó a participar. Sobre el colchón monofónico que emitía el público, Antony se disponía a improvisar, pero algo fallaba, alguien en las primeras filas desafinaba de forma estrepitosa, y Antony se asustaba, decía que era muy extraño, pero que sonaba muy raro aquel sonido en ese lugar, y que nunca le había pasado antes; después de intentarlo varias veces sin éxito, cambió su clase de pedagogía musical por un sencillo cliqueo con los dedos, ritmo que enseguida acabó convirtiéndose en palmas, y que utilizó Antony para improvisar otro tema ‘a capella’ mientras bailaba, pero enseguida se dio cuenta de que el público tampoco iba a ritmo, así que no tuvo más remedio que sentarse de nuevo al piano y continuó sorprendiéndonos con su bello repertorio. Había momentos en que se equivocaba, y entonces volvía a comenzar, con toda la naturalidad del mundo. Siempre utilizaba al bajista como intermediario para hacer que la sincronización con los Johnsons fuera perfecta. No faltaron versiones de dos de sus ídolos, como el “The guests” de LEONARD COHEN y el “Candy says” de LOU REED. Después de más de una hora de concierto, cogió su bolsito y se fue, pero el público no le dejaba marchar y tuvo que salir hasta dos veces para hacer bises, no teniendo previstos los segundos; era curioso ver cómo siempre seguía el mismo ritual al salir al escenario y al marcharse, con su bolsito siempre dejándolo y recogiéndolo junto al piano. En definitiva, todo un espectáculo lleno de emoción y magia el que nos brindaron ANTONY & THE JOHNSONS esa noche, quizás el mejor de toda esta edición del festival.