Con el único lunar de ser presentados por Tamara, todo lo demás fue un espectáculo insólito, uno de los grupos más importantes de la movida de los 80, de nuevo sobre un escenario, y con un gran disco debajo del brazo, y una sala llena. Un público de lo más variopinto (rockers, punks, poppies,…) se dieron cita esa noche para ver a Fabio & Miguélez. El sonido era muy bueno, y la gente cantaba las canciones, sobre todo, las antiguas, y es que se notaba que había allí muchos fans.
